San Martín de Porres ha sido siempre representado con la escoba en mano, símbolo de su humilde servicio, y la tradición hace referencia a la paz que irradiaba su presencia.
“¡Ojalá que el ejemplo de Martín enseñe a muchos la dulzura y felicidad que se encuentra en el seguimiento de Jesucristo y en la obediencia a sus divinos mandatos!” (San Juan XXIII)